miércoles, 7 de diciembre de 2011

No cuentes más relatos...


No cuentes más relatos, están hechos para amapolas.
No tientes más sueños, hay música en mi alma.

Las persianas tenues de la ventana no dejan pasar la luz, y así no puedo mirarte las pupilas,
y no puedo distinguir cuán abiertos están los músculos de tus irises candentes,
 y cuánto he hecho que el tiempo se pare por dentro de tu mar.

Sopla, amor, velas podridas,
muerde, esturión, mis picaduras.
Cómeme, mátame, llévate pedacitos de desgracia poco a poco,
hasta que no quede más que la nada.

Angustia, tedio, libertad al fin y al cabo,
pero la libertad se rompe tan pronto,
 y un pijama deja entrever secretos ocultos y bellos como escarlatas,
y no sientes derecho a tocar, tan siquiera a mirar, otras manos,

pero fuego yace dentro de tu alma, coros de voces ardientes,
pues siempre quisiste un relajado e inocente final con flores y con escaleras,
y tu frase favorita acabará siendo, con tiempo y cuidado, un simple susurro,
especialmente si dices “no” o “nunca”, tú siempre lo guardas,

pero, ¿te es tan difícil guardar una mirada ilusionada que te busca a tientas en las tinieblas, a la luz de la película?

Fotografía: www.emeclick.com

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